Me llamo David Muñoz Calvo, pero casi todo el mundo me conoce como David Segura, y me gusta que sea así como recuerdo y homenaje a mi querida abuela.

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Formación de David Segura

FILOSOFÍA DE TRABAJO

¿Por qué educar a un perro?

Porque nosotros, como humanos, hemos influido en muchas acciones y decisiones que toman nuestros perros. Una gran cantidad de ellos ya no saben decidir, e incluso no tienen capacidad de pensar. Por tanto, tenemos que ser conscientes de cómo, cuando y cuánto tenemos que intervenir, tanto con un cachorro como con un perro adulto.

La educación canina natural

Mi forma de entender la educación canina me lleva a tener un profundo respeto y empatía por los animales, entiendo sus necesidades primarias. Esto me permite ayudarlos en sus miedos y a no intervenir cuando no sea necesario. Todo de una forma natural, sin usar técnicas agresivas ni irrespetuosas hacia el perro.

En un mundo que se nos escapa, tenemos la necesidad y el deber de escuchar a la naturaleza, pues ella llevará su curso, siempre que los humanos la dejemos. Por ello, la educación canina natural siempre será respetuosa y buena para ayudar a nuestros amigos perrunos.

SOBRE MÍ

¿Cuándo comenzó a interesarme el mundo canino?

Allá por el año 1977 le regalaron a mi padre el que sería nuestro primer perro, un mestizo blanco. Algo se encendió en mí, con mis 6 años ya le dije a mi padre que quería tener una granja con muchos perros.

Después vinieron más perros. En especial una perrita llamada Linda, que nos robó el corazón a toda la familia cuando se marchó inesperadamente. Ella era pequeña, pero enorme y grandiosa a la vez.

Niko: buen compañero

Otro gran compañero de este viaje es Niko, un schnauzer miniatura maravilloso que andando parecía un caballo cordobés de lo elegante que era, se jugó la vida varias veces protegiendo a mi hijo Sergio. Era capaz de enfrentarse a un elefante para protegerlo.

Primeros pasos hacia la educación canina

Después de un tiempo viviendo con la ausencia de Niko, adopté a Adi. Empecé a buscar respuesta a las preguntas de cómo educarlo y encontré una nueva forma de entender a los perros. Adi mi amigo me transportó a otra dimensión; otra forma de entender la vida. Se marchó muy joven dejando un gran vacío. Siento que nunca se fue, siento que harían falta dos vidas para devolverle lo que me enseño, lo que hizo por mí. Con él emprendí un proceso de aprendizaje del que disfruto y que nunca acabará, ya que los perros todos los días me enseñan algo.

Mi sueño: educación canina

La ilusión de mi vida siempre ha sido ser educador canino. Después de dar muchas vueltas y pensarlo mucho di con mi camino y empecé mi formación de educador con grandes profesionales y apasionados de la educación canina natural. Tras años intensos de formación me siento preparado para ayudar a las familias caninas y humanas.